¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL MUNDO?
ANTONIO GRAMSCI Y LA BATALLA CULTURAL. ¿QUÉ SIGNIFICAN LOS ÉXITOS DE TRUMP, MUSK, MELONI, LE PEN, WEIDEL, ORBAN, GEORGESCU, BUKELE, MILEI, KAISER, CPAC, PUTIN?
(Conferencia de Luis Razeto en el Acto de Inauguración del Año Académico 2025 en el Instituto de Filosofía y Ciencias de la Complejidad, 16 de marzo de 2025, Santiago de Chile).
1.
Antonio Gramsci se planteaba preguntas. A veces preguntas raras, como ésta:
“¿Será preferible participar en una concepción del mundo adoptada desde el ambiente externo, a saber, de alguno de los tantos grupos sociales y culturales existentes, en que cada uno está involucrado desde su entrada en el mundo consciente (…), o es preferible elaborar la propia concepción del mundo conscientemente y críticamente, y entonces, en conexión con el trabajo del propio cerebro, escoger la propia esfera de actividad, participar activamente en la producción de la historia, ser guía de sí mismos, y no ya aceptar pasivamente desde fuera el sello de la propia personalidad?” (Cuadernos de la cárcel, 1375-76)
Se la planteó a sí mismo encerrado en la cárcel luego de haber participado apasionadamente en la lucha política. Es una pregunta que pienso que debemos plantearnos todos, especialmente los que tengamos pretensiones intelectuales.
La mayoría de los intelectuales y las personas en general no se plantean la pregunta, y de hecho adoptan la primera opción. Asumen prematuramente una concepción del mundo, religiosa, filosófica o política, piensan, conocen y trabajan desde ella. Pueden ser católicos, marxistas, liberales, socialistas, socialdemócratas, ambientalistas, ecologistas, feministas, o cualquiera otra. Y desde esa posición que adoptan desde el inicio, trabajan intelectualmente y luchan políticamente.
2.
Adherir a una concepción dada tiene ventajas obvias para los intelectuales de profesión, especialmente si tienen ambiciones políticas. Porque entran a formar parte de un grupo, de una corriente, y obtienen apoyo, ambiente, oportunidades. La otra opción, claramente te saca de la lucha política y te conduce al estudio, a la reflexión, a la ciencia, a apartarse por un tiempo, al menos hasta haber construido el propio conocimiento y concepción que te lleva, como dice Gramsci, a participar activamente en la producción de la historia con el sello de la propia persona.
¿Por qué comienzo esta charla con esta pregunta de Gramsci? Por dos motivos.
Uno, secundario: para que no se busque ni espere en lo que voy a plantear en esta charla, mi adhesión a alguna postura entre las que hoy se debaten en la política nacional y en el mundo. Hace muchos años yo opté por la segunda opción y me he mantenido en ella. Y lo que voy a plantear es uno de los resultados de esa opción, o sea, mi propia visión personal.
El segundo motivo de plantear la pregunta es más importante: y es que la pregunta que se planteó Gramsci es esencial para comprender su pensamiento. Toda su elaboración en la cárcel parte de esa pregunta y de la respuesta que le dio. Actualmente se ha puesto de moda mencionar a Gramsci como impulsor de la batalla cultural, e incluso de la guerra cultural, y la argumentan haciendo referencia a los escritos juveniles de Gramsci. Pero si hay algo en esa pregunta y en la respuesta que le da el propio Gramsci, es exactamente lo contrario a hacer de la cultura un instrumento de batalla, de guerra.
Lamentablemente lo que estamos viviendo actualmente en Chile y en el mundo es una especie de militarización de la cultura. Con la batalla cultural se hace de la cultura un instrumento bélico. Pienso que eso es, en realidad, la negación misma de la cultura.
Volveremos sobre esto.
3.
Planteo una segunda pregunta, mía: ¿Tiene sentido interesarnos por comprender lo que está pasando en el mundo a nivel geopolítico, desde un país periférico que no parece poder incidir en nada en lo que suceda, y desde personas como nosotros, que lo que pensemos y realicemos parece irrelevante a ese nivel geopolítico?
Además del hecho de que los humanos somos seres curiosos, orientados a conocerlo todo, puedo destacar tres elementos reales y actuales, que hacen que nos importe mucho saber lo que pasa en el mundo, aunque nos parezca lejano y ajeno.
- Primero: Porque saber y reconocer que todo lo que pasa en el mundo, a nivel espiritual, moral, ideológico, político, económico, nos impacta fuertemente, muy concretamente, mucho más de lo que estamos conscientes de ello. Estamos íntimamente interconectados, en todos esos niveles.
- Segundo: Porque podemos prepararnos para lo que viene, si somos capaces de preverlo oportunamente.
- Tercero: Porque tenemos la opción de orientar nuestra vida, en nuestro metro cuadrado como suele decirse, con conocimiento de lo que sucede en el mundo, y hacer opciones en la dirección de dinámicas que beneficien a la humanidad.
Claramente, esto se conecta con la primera pregunta de Gramsci y su respuesta en el sentido de que “es preferible elaborar la propia concepción del mundo conscientemente y críticamente, y en conexión con el trabajo del propio cerebro, ser guía de sí mismos, escoger la propia esfera de actividad, y participar activamente en la producción de la historia del mundo de modo personal.
4.
Voy a exponer la tesis de que estamos viviendo una fase de agudización de la crisis de la civilización moderna. Una crisis que es muy peligrosa, como lo fue la anterior gran crisis de la civilización moderna, hace cien años, la cual derivó en el nazismo y el fascismo, en el estalinismo, en el americanismo, y en la segunda guerra mundial.
Mi tesis es que la crisis actual es tan seria que aumenta la necesidad y acelera la urgencia de transitar hacia una nueva y mejor civilización. Un cambio profundo, radical en nuestra vida, y de la humanidad.
Para explicar esto rigurosa y teóricamente, comenzaremos haciendo una visita intelectual a ese gran pensador italiano Antonio Gramsci, que vivió aquella crisis, la analizó en sí misma y en sus consecuencias, la explicó, la interpretó, y desarrolló lo que podemos entender como una metodología para comprender la realidad histórica, pata hacer frente a la crisis, y para construir una nueva civilización que planteó como el proyecto que realizar.
Naturalmente que mucho de lo que escribió Gramsci no se aplica a la realidad actual. Pero sus análisis, y sobre todo su metodología, son muy potentes, y nos sirven para pensar, analizar y comprender, y también para descubrir analogías y semejanzas entre lo que se vivió hace un siglo, aquella crisis, y la actual crisis. Y para concebir el proyecto de una nueva y mejor civilización. Por ello, en lo que sigue, expondré mis ideas en conexión con las de Gramsci - según mi interpretación de su pensamiento -, y sin distinguir con rigor lo que sea propiamente gramsciano y lo que resulte de mis propia comprensión del tema. Probablemente atribuiré a Gramsci cosas no dichas por él pero que de algún modo pudieran derivarse de su pensamiento.
5.
Algunos elementos para entender a Gramsci.
Gramsci estudió periodismo en la Universidad de Turín. En sus estudios es influido por Benedetto Croce, filósofo que atribuye gran relevancia a la cultura. Muy joven adhiere al marxismo, pero en una visión abierta, lejos del dogmatismo que prevalecía después de la revolución rusa, el leninismo y el estalinismo.
En su juventud Gramsci fue, podemos decir, un activista político idealista que lucha principalmente en el plano cultural, de las comunicaciones. Funda revistas, publica artículos combativos, y en el plano intelectual intenta comprender el proceso formativo de la cultura, a fin de convertirla en actor de la revolución social. Le interesa saber cómo hacer para que las ideas se conviertan en fuerzas prácticas.
Es el Gramsci de la batalla cultural a la que se hace tanta referencia hoy, y que lo ha puesto de moda en los debates políticos. Cómo hacer que las ideas de izquierda, de clase, alcancen la hegemonía. Le da importancia al lenguaje, a los símbolos, al nombre de las calles, a los monumentos, a las obras de arte, en cuanto a que hagan presentes los postulados y valores de la propia ideología, en lo cotidiano de la gente, para lograr el objetivo de que la ideología que se impulsa se convierta en el sentido común.
Por diversas circunstancias, luchas internas, y por su prestigio, Gramsci llega a ser secretario general y máximo dirigente del partido comunista italiano.
Pero triunfa el fascismo, el partido comunista es puesto fuera de la ley y Gramsci es encarcelado. El ministerio público Michele Isgró concluye su requisitoria diciendo que «por veinte años debemos impedir a este cerebro funcionar» y de hecho Gramsci, en 1927 es condenado a veinte años, donde permanece hasta 1936. Muy enfermo es liberado y fallece poco después.
6.
Sólo que, en la cárcel, ese cerebro privilegiado no dejó de funcionar, sino que tuvo ocasión de desplegar su extraordinaria calidad y potencia intelectual. Debido a que lo afecta una enfermedad contagiosa, es instalado en una celda individual, y logra obtener los permisos para que le lleven los libros que pide a su familia y amigos, que además le proporcionan gruesos cuadernos escolares donde escribió sus notas, que después su cuñada, con la ayuda del economista Piero Sraffa, saca clandestinamente, y son enviados a los dirigentes del partido comunista italiano que estaban exiliados en Rusia, donde los cuadernos son guardados como reliquias sagradas. Escritos que creo que nadie lee.
Algunos años después de la caída del fascismo se publican algunos libros en que los editores del partido comunista italiano mezclan cartas y escritos anteriores, con trozos de los Cuadernos de la cárcel, suprimiendo muchas partes que no les parecen apropiadas, y reorganizado los textos por temas:
El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce (1948)
Los intelectuales y la organización de la cultura (1949)
Il Risorgimento (1949)
Notas sobre Macchiavello, la política y el Estado moderno (1949)
Literatura y vida nacional (1950)
Pasado y Presente (1951)
Ese fue el Gramsci que yo y muchos intelectuales conocimos en los años setenta. Permítanme hacer unas referencias personales sobre mi estudio de la obra de Gramsci. Porque ayuda a entender también lo que ha sucedido con ese autor a nivel ideológico y político. Mi relación con Gramsci ha tenido dos etapas. Entre (1969-1973), estuve estrechamente vinculado con un grupo de intelectuales gramscianos del PC, muy críticos del estalinismo.
Yerko Moretic – Director del Departamento de Filosofía y Ciencias Sociales de la Facultad de Ingeniería de la UTE.
Carlos Orellana – Escritor, director de la Editorial de la UTE. Director de la revista Araucaria.
Carlos Maldonado – director del IDIM (Instituto de Investigaciones Marxistas)
Sergio Vuskovic – Diputado comunista por Valparaíso
Alejandro Lipschutz – filósofo y científico ruso-letón.
7.
Pero ¿qué había pasado por la mente de Gramsci en la cárcel, y qué había escrito? Eso se hace posible conocer recién en 1976, cuando se publica por primera vez, en cuatro grandes volúmenes la edición crítica de Los Cuadernos de la cárcel, preparada por Valentino Gerratana, director del Instituto Gramsci de Italia. Recién el 2000 se traducen al castellano y son publicados en México. Casi 3.000 páginas en letra chica, que muy pocos leen porque en esos años el marxismo está en decadencia después de la caída del muro de Berlín y la fragmentación de la Unión Soviética. El partido comunista italiano se disuelve en 1991.
Vuelvo a mi experiencia personal sobre Gramsci. Una segunda etapa (1975-1980) en Italia: Pasquale Misuraca, un joven recién egresado de sociología, me muestra los tomos de la edición crítica de los Cuadernos. Nos entusiasmamos y fuimos a conocer a Valentino Gerratana, el Director del Instituto Gramsci, curador y editor de los Cuadernos.
Durante 5 años Pasquale y yo realizamos un estudio filológico prolongado y riguroso de la edición crítica de los Cuadernos de la Cárcel. Consignamos nuestra investigación en dos libros. La dimos a conocer a Valentino Gerratana quien, no obstante lo sorprendente de nuestros descubrimientos, dijo que debían ser publicados y los envió a la editorial De Donato vinculada al partido comunista italiano. Gerratana era la máxima autoridad en Gramsci.
Lo que descubrimos fue que Gramsci realizó una crítica muy radical del marxismo y de las sociologías. Los definió como fragmentos subordinados de las ideologías cientistas y positivistas.
8.
Gramsci:
- Critica la concepción de la historia como proceso que avanza según leyes históricas.
- Critica el determinismo de la sociedad por la economía, sobre la cual se levantaría según el marxismo la superestructura ideológica y cultural.
- Critica que la sociedad se organiza en sistemas y modos de producción coherentes, feudal, capitalista, socialista.
- Plantea que la realidad social e histórica es, en principio, muy heterogénea, y espontáneamente caótica. Pero que por eso mismo necesita, y se busca cultural y políticamente, su unificación, siendo el cemento de la sociedad, la cultura, el conocimiento, la ética, las creencias e ideas que guían y dan sentido a las personas, grupos, clases y estados. No es la economía, es la cultura, son las ideas las que guían a la economía y a la política.
- La sociedad humana, históricamente, va configurando grandes civilizaciones, que perduran durante siglos e incluso milenios. Su base es cultural, aunque reconoce que el marxismo capta una parte de ellas cuando analiza los sucesivos ‘modos de producción”.
- En sustitución del marxismo Gramsci plantea la que llama filosofía de la praxis, y “nueva ciencia de la historia y de la política”, como estructuras del conocimiento y de la proyectación de la acción transformadora.
De este modo Gramsci otorga gran importancia a la cultura, aún mucho más de lo que había planteado en sus escritos juveniles, destacando en particular el rol que han tenido las religiones, sobre las cuáles parecen haberse cohesionado a lo largo de la historia las civilizaciones, los imperios, los estados nacionales.
Esto último, hasta el surgimiento de la civilización moderna, en que algo parecido a la religión, pero que no es religión sino una concepción laica, racionalista, incluso antirreligiosa, o sea la Ilustración, el cientificismo y otros procesos intelectuales, fueron propuestos para cumplir la misma función unificadora de la sociedad.
9.
Gramsci sostiene que la civilización moderna, surgida con la Ilustración, con el capitalismo industrial, con la formación de los Estados nacionales, ha sido una gran civilización especialmente por sus logros económicos. Pero en los cinco siglos de su evolución esa civilización ha experimentado diversas crisis; pero en su tiempo, las primeras décadas del siglo XX, se trata de una crisis que afecta el funcionamiento vital de esa civilización, por eso la llama crisis orgánica.
Aunque no lo dice con estas palabras, la idea es que esas crisis recurrentes, y sobre todo la crisis orgánica, suceden debido a que se trataría de una civilización que podría decirse que está mal construida, incompleta, con muchas contradicciones. ¿Cuáles son esos defectos?
- El Iluminismo y el cientificismo no constituyen una concepción del mundo capaz de dar pleno sentido a la vida de las personas, y no son suficientes para crear un orden social estable. La moral que ofrecen no está fundada en la conciencia, sino en las leyes, o sea, en la imposición exterior de normas positivas formuladas por el Estado, que castiga su incumplimiento.
- Esa concepción mantiene una permanente separación ideológica entre las élites y las multitudes populares. Las élites son ilustradas, laicas, cientificistas; mentalidades éstas, que no penetran en las masas populares, usan lenguajes que son poco comprensibles para el pueblo.
- Se da en la civilización moderna una contradicción entre la economía y la política, que se agudiza con la crisis. Nacionalismo en lo político, internacionalismo en lo económico. Individualismo en el mercado, colectivismo en el Estado.
- Incapacidad de articular teoría y práctica, de modo que se genera en las personas y a nivel social una doble conciencia, una que afirmada en las palabras, y otra distinta que se manifiesta en la acción. Igualdad, libertad, fraternidad, en el discurso. Desigualdad, servidumbre de las mayorías, individualismo, en la práctica.
- En la Institucionalidad política, se mantiene una dualidad contradictoria entre el elemento representativo (democrático) y el elemento burocrático (autoritario).
10.
¿En qué consiste, y cómo se manifiesta una crisis orgánica?
Las crisis de civilización son, básicamente, procesos de disgregación social, en que el orden establecido tiende a disolverse,
Se pierde la cohesión social,
Las multitudes se desconectan de las élites y generan movimientos inorgánicos de protesta social, rebeliones, indisciplina, pérdida de gobernabilidad.
La economía se ve fuertemente afectada, porque las inversiones pierden previsibilidad, y se genera miedo a la incertidumbre.
Las creencias religiosas y políticas que generaban sentido de pertenencia pierden credibilidad. Hay desorientación, la gente se inquieta, protesta, se rebela.
Se multiplica la indisciplina social.
Eso fue lo que ocurrió en las primeras décadas del siglo XX. Se manifestó en grandes procesos, como la revolución rusa, los locos años veinte, la primera guerra mundial, las migraciones, el surgimiento de movimientos obreros anticapitalistas y anarquistas, las mafias, etc.
11.
RESPUESTAS QUE SE DIERON A LA CRISIS, o ¿cómo se disciplinó a la población, se restableció el orden social y se restauró la institucionalidad económico-política?
Fueron varias y diferentes respuestas en distintos países, pero con el mismo propósito de disciplinar a la población y generar un nuevo orden:
Por un lado, en Italia, Alemania, España, Japón, el autoritarismo represivo, esto es, el fascismo, el nacismo, el franquismo, el militarismo japonés.
En Rusia, el estalinismo, que se expandiría después a los países eslavos y de Europa oriental.
En Estados Unidos, el americanismo, que disciplina a la clase obrera con el fordismo, la cadena de montaje, la organización de la producción mediante la maximización de la eficiencia, y la policía.
Todo ello conduce a la Segunda Guerra Mundial, donde la población es disciplinada militarmente.
12.
Al final de la horrible guerra, la población empobrecida y temerosa del desastre, es disciplinada cultural, política y socialmente, hasta nuestros días, mediante una combinación de tres elementos:
- La propuesta del desarrollo económico industrialista, con elevada participación del Estado, como el gran proyecto económico-político alrededor del cual deben orientarse todos los esfuerzos, las ciencias sociales e incluso todos los pensamientos.
- La ampliación de los espacios de representación política partidista, voto universal, con derecho a voto de las mujeres, organizaciones políticas de las clases populares, partidos con diferentes ideologías que se encuentran a debatir en los Parlamentos y que compiten y rotan en el poder.
- El Estado de bienestar, o sea la provisión de beneficios y soluciones a la pobreza, en educación, salud, vivienda, pensiones, subsidios, etc. ofrecidos por los gobiernos a la población (a segmentos crecientes de la población), financiados por los impuestos aumentados y crecientes. Y que van generando el conformismo, la masificación y la pasividad social.
13.
Así, llegamos hasta hoy, en que, después de 70 años, vuelve a presentarse una crisis orgánica de la civilización moderna. Crisis que se produce porque las tres grandes respuestas que se dieron finalmente a la anterior crisis, se han agotado y ya no surten los efectos esperados.
En efecto:
- La concepción del desarrollo industrialista es cuestionada por sus efectos sobre el medio ambiente,
- La representación política partidista no convence a la población, que toma distancia de los partidos. Por la corrupción, por la fragmentación política, por la crisis de representatividad de los partidos. Por el abandono de las ideologías.
- El estado de bienestar cruje, porque los Estados y gobiernos con déficits constantes y excesivamente endeudados, ya no tienen como solventar y seguir aumentando sus prestaciones sociales.
El diagnóstico de que estamos ante una nueva gran crisis de la civilización moderna está actualmente muy generalizado. Y es con base en ese diagnóstico, que se están aprestando y ya realizando nuevamente, respuestas a esa crisis de civilización. Pero respuestas que no convocan a una nueva civilización, sino a restaurar el orden civilizatorio existente.
Es lo que analizaré ahora, empleando algunos de los conceptos gramscianos.
Recordemos que “RESPUESTAS A LA CRISIS dentro del orden establecido” significa: disciplinar a la población, restaurar el orden social, y restablecer la institucionalidad económico-política.
14.
Obviamente hay fenómenos y realidades actuales que no existían en tiempos de Gramsci:
- Internet, las redes sociales, y las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Y las posibilidades de manipulación y control de éstas.
- La pandemia, que significó el más gigantesco ejercicio de control social jamás existido en la historia.
Dos respuestas que yo diría que tuvieron y mantienen éxitos, aunque parciales y no se sabe si serán duraderos.
El control social que ejercieron los gobiernos ante la pandemia demostró a la población, por un lado, el enorme poder represivo que puede ejercer el Estado, paralizando movimientos sociales y protestas, limitando la libertad de movimiento de las personas, afectando las actividades productivas y comerciales.
Por otro lado, se ‘demostró’ la capacidad del Estado para responder a emergencias y amenazas que afecten real o supuestamente la sobrevivencia de la población.
No cabe dudas de que con la pandemia los Estados se hicieron más fuertes ante la población, ante las empresas, y ante sistemas como la educación, la salud, los medios de comunicación, etc.
15.
En cuanto a lo que pasa en y con internet, las comunicaciones y las redes, mi impresión es que influyen fuertemente en las ideas y en los procesos políticos, pero en direcciones diferentes según la capacidad de controlar y de operar en ellas por los partidos y orientaciones ideológicas.
Pero en lo que indudablemente tienen éxito, es en su capacidad de controlar el tiempo y la actividad de las personas. Lo represento con la antigua idea del ‘panen et circensis’, pan y circo. Lo nuevo es que ahora el circo no es un espectáculo que las personas miran desde fuera, sino que nosotros mismos nos constituimos en comediantes, payasos, malabaristas, modelos, actores del espectáculo actuando ante nosotros mismos y ante los demás. O sea, somos parte del circo, y especialmente los adolescentes y los jóvenes; pero no solamente ellos.
16.
Vayamos ahora a la geopolítica, partiendo por la pregunta del segundo título de la charla: ¿QUÉ SIGNIFICAN LOS ÉXITOS DE TRUMP, MUSK, MELONI, LE PEN, WEIDEL, ORBAN, GEORGESCU, BUKELE, MILEI, KAISER, y la CPAC?
Ellos constituyen sin duda un intento de respuesta a la crisis de la civilización moderna, que se está organizando con bastante fuerza en Occidente. Es un intento de restablecer el orden social y crear una nueva institucionalidad económico-política.
La llamaremos LA RESPUESTA CONSERVARORA, siguiendo una recomendación gramsciana de identificar a los movimientos políticos por sus propios nombres, y no empleando adjetivos o conceptos que los descalifican y que, por eso mismo, nos dificultan entenderlos. Leyendo y conociendo sus propias ideas, tal como las conversan entre ellos y como las proponen a la sociedad. Digamos que la recomendación es de un conocimiento no antagonista, único modo de comprenderlos, antes de proceder a la necesaria crítica.
Independientemente del juicio moral, ideológico y político que el fenómeno genere en cada uno, es importante estudiarlo, comprenderlo, explicarlo y prever sus consecuencias históricas, de modo que podamos actuar económica, política, cultural y moralmente frente a él con el conocimiento apropiado.
Se denomina conservadurismo, en sentido amplio, al conjunto de doctrinas y movimientos políticos que luchan por el poder político para restaurar, con la fuerza del Estado, las culturales, creencias religiosas y costumbres tradicionales de un pueblo o de una nación.
17.
Algunos importantes referentes intelectuales del conservadurismo son:
Edmun Burke, irlandés del siglo XVIII irlandés, fundador del conservadurismo liberal británico, con gran influencia en la política norteamericana y en todo occidente.
Pat Buchanan, estadounidense del siglo XX, politólogo, influenciador mediático conservador, católico tradicionalista, se dice que inspira a Trump.
Karol Wojtyla y otros pensadores católicos tradicionalistas.
Agustín Laje – filósofo e influenciador argentino, con gran audiencia en Latinoamérica y España.
Si escuchamos a los principales protagonistas y voceros del fenómeno, se trataría de una reacción popular y ciudadana, de sentido común, frente a la que llaman “decadencia de la civilización occidental”, o simplemente decadencia de Occidente.
Una civilización que, en su propia concepción, hundiría raíces y estaría fundada en la integración de tres componentes básicos: la filosofía griega, el derecho romano y los valores cristianos, y que con mayor o menor coherencia se habría desarrollado en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
De acuerdo con esa concepción conservadora, esta civilización occidental estaría en crisis porque ha sido pervertida por las políticas progresistas, socialdemócratas, ambientalistas, feministas, abortistas, LGTB, etc., que están identificando genéricamente como la que llaman cultura Woke.
18.
Las ideas y valores que los conservadores buscan restaurar serían, básicamente:
Primero: el individuo como sujeto dotado de un alma y dignidad espiritual de la cual derivan un conjunto de libertades y derechos que el Estado debe asegurar y nunca conculcar: la libertad de creencias, pensamiento, expresión y comunicación; la libertad de empresa, comercio y consumo; el derecho irrestricto a la propiedad privada y a establecer contratos independientes entre personas naturales y jurídicas; el derecho a la privacidad y a la autodefensa; la libre competencia y la legitimidad de buscar el interés, la utilidad y el enriquecimiento personal.
Segundo: el ser humano como superior a la naturaleza y a toda otra especie biológica, implicando que puede aprovechar todos los recursos naturales, incluyendo los minerales y las fuentes de energías físicas y químicas, los vegetales y plantas de todo tipo, y las diversas especies animales, en cuanto le sean de utilidad para satisfacer sus necesidades, desarrollarse y progresar.
Tercero: la pareja de hombre y mujer, y la familia tradicional, como la condición humana natural, célula básica de la sociedad, orientada a la reproducción de la vida, la crianza y educación de los hijos, y el desarrollo personal y social de sus integrantes; y en consecuencia, anterior y preeminente respecto del Estado, que ha de cumplir solamente una función subsidiaria.
En la visión conservadora, sería el abandono en la educación y en los medios de comunicación, y el rechazo social y político que han alcanzado esas ideas y valores tradicionales, lo que tiene a Occidente en crisis.
Y siendo así, la misión política de los conservadores sería restaurar en la sociedad, desplegando la batalla cultural y el poder político contra el progresismo Woke y las políticas estatistas, socialistas, socialdemócratas, ambientalistas, además de las diversidades sexuales, y también contra la centroderecha que se habría dejado permear por esas ideas y valores progresistas.
19.
Más allá de si estas ideas sean verdaderas o falsas, y de si esos valores sean positivos o negativos, respecto de lo cual cada uno puede tener o formarse una opinión, cabe plantearse dos preguntas:
La primera: ¿es la crisis actual de Occidente, la de esa civilización fundada sobre la integración de la filosofía griega, el derecho romano y la cultura cristiana, y de esos conceptos y valores tradicionales sobre el individuo, la familia y el Estado?
La segunda: ¿será realmente posible superar la crisis civilizatoria occidental restaurando los mencionados conceptos y valores que estarían en crisis porque habrían sido descuidados, despreciados o combatidos por el progresismo y las izquierdas?
Sobre la primera pregunta, pienso, ya lo dije, que es verdad que estamos viviendo una crisis de civilización en Occidente; pero no es la crisis de aquella civilización fundada sobre la filosofía griega, el derecho romano y los valores cristianos, sino de la civilización que desde hace cinco siglos abandonó la filosofía griega, el derecho romano y la cultura cristiana, para fundarse sobre tres pilares muy diferentes, a saber, el cientismo positivista y materialista, el industrialismo capitalista, y el nacionalismo estatista.
En efecto, la concepción filosófica predominante desde hace al menos cinco siglos no es la filosofía griega sino el empirismo positivista; la organización económica no es la del imperio romano sino la del capitalismo industrial y financiero; y lo que orienta y funda el orden colectivo no es la religión cristiana sino las ideologías elaboradas en torno a las ideas, valores y proyectos laicos, científicos, patrióticos y estatales. Es esta civilización moderna la que está en crisis; y no se trata de una crisis cualquiera, sino de una crisis estructural, sistémica, orgánica, vital.
20.
Pero es cierto que aquellas ideas y valores de la civilización occidental greco-romana-cristiana no desaparecieron en la sociedad moderna, sino que subsisten y perviven, pero en posiciones secundarias, subordinadas, relegadas de los centros vitales del conocimiento, la política y la cultura modernas. Esas ideas y valores a que se refieren y que defienden los conservadores - de la persona como dotada de un alma, del ser humano como superior a la naturaleza, y de la familia tradicional como la condición humana natural – mantienen cierta presencia significativa en las clases y sectores populares menos integrados a la modernidad.
Es verdad también que esas creencias están ahora más amenazadas que antes, y arriesgan desaparecer por el embate de las ideologías que podemos identificar como posmodernas: el feminismo, el ambientalismo, el ecologismo, el animalismo, el abortismo, las diversidades de género, etc.
Es en esta situación y contexto que surgen intelectuales, comunicadores, líderes y fuerzas políticas que están movilizando a grupos y sectores sociales que no han sido absorbidos por la mentalidad moderna y posmoderna. Esas agrupaciones conservadoras y reaccionarias adquieren fuerza y capacidad de cohesionarse porque han podido adquirir voz y presencia en las comunicaciones en las redes sociales. En efecto, ellas se encontraban bastante excluidas de los espacios centrales del poder; también marginadas de las comunicaciones públicas, especialmente de la prensa y la televisión oficiales ‘políticamente correctas’, mainstream. En torno a ellas, como han planteado brutalmente los socialdemócratas alemanes, se había levantado un ‘muro sanitario’, calificándolos de ultraderechistas, fascistas, populistas, nazi, etc.
En algunos países están ganando. La lista de los mencionados anteriormente lo indica claramente.
21.
Pero ¿pueden esas ideas y fuerzas políticas conservadoras restaurar el orden y resolver la crisis de la civilización moderna?
Mi opinión es que, absolutamente no, porque miran al pasado, y porque los problemas reales y actuales de la crisis de la civilización moderna no son los que ellos identifican, sino que más bien los ocultan y tratan como si no existieran. Los problemas de la actual crisis son la disgregación social, el medio ambiente y el cambio climático, la desigualdad y la inequidad social, un sistema monetario que ha generado un endeudamiento generalizado excesivo, etc.
Y los conservadores miran hacia atrás, quisieran restaurar el pasado, lo que es imposible. Make America Great Again. Familias tradicionales, comportamientos que ya no existen.
Se mantiene y agudiza la contradicción entre el estatismo nacionalista y el internacionalismo económico, que no se resuelve sino que se agrava con los aranceles y el proteccionismo.
Se acentúa la fragmentación ideológica y la conflictividad política. Los problemas de gobernabilidad.
No se resuelven los problemas sociales, la desigualdad, el medio ambiente, etc. Más bien tenderán a incrementarse.
22.
Miremos un poco qué pasa en otras regiones del mundo.
En Rusia, o más formalmente en la Federación de Rusia. Después de la caída del comunismo que duró setenta años, tres generaciones, y que perdió la dominación sobre los países de Europa Oriental e demás integrantes de la URSS, se vivió inicialmente una crisis económica y política tremenda, que generó destrucción del sistema económico y pobreza.
Y además, el gobierno y el pueblo ruso se encontraron ante una completa desorientación por la pérdida de la identidad ideológica, política y económica del sistema socialista. Ante esa pérdida de identidad, Rusia ha tenido que reconstruirse, repensarse, encontrar su identidad. Y la busca, también, en su pasado, en su cultura tradicional, en su proyecto imperial.
Es también un conservadurismo, que tiene semejanzas y afinidades con el conservadurismo europeo y americano; pero que tiene otras raíces y fuentes. ¿Dónde fundar esa identidad? ¿Qué Pensadores influyen en Vladimir Putin y su gobierno?
Los escritores Dostoievski y Solzhenitsyn. Iván Ilyin, filósofo, político, orador, religioso conservador. Nikolai Berdiayev, filósofo cristiano ortodoxo. Lev Gumiliov, historiador, orientalista y filósofo. Alexander Duguin, teórico y analista de geopolítica.
Todos ellos han sido fuertes críticos de Occidente. Consideran al marxismo como una ideología venida de occidente, lo mismo que el materialismo, el individualismo y el ateísmo que, según ellos, no son parte de la cultura tradicional rusa. Son conservadores, de religión ortodoxa rusa, nacionalistas que postulan la necesidad de regenerar los valores tradicionales del pueblo ruso, en los que buscan una alternativa tanto frente a la democracia liberal de Occidente como al marxismo y el socialismo.
Cabe advertir que este pensamiento nacionalista y tradicionalista ruso mantiene nexos con el conservadurismo occidental, y no es extraño que tanto Trump como Putin se consideren amigos, dialoguen y puedan llegar a entenderse a nivel geopolítico y económico.
23.
Otro mundo, otra civilización, es China, sobre la cual no puedo decir casi nada porque conozco demasiado poco de ella en la actualidad. Pero me sorprendió escuchar hace unos días a Alberto Mayor, un sociólogo chileno que me parece bastante serio, que afirmó haber estudiado atentamente los informes y discusiones del último Congreso del Partido Comunista Chino, que como se sabe, recoge todas las elaboraciones intelectuales que tienen influencia en China. En ellos, según Mayol, un concepto muy repetido y en que había coincidencia es que la civilización occidental está en crisis. Que los chinos, mientras se desarrollan y refuerzan económica y militarmente, esperan que Occidente se derrumbe por su propia crisis interna, de modo de expandir enseguida por el mundo la propia civilización china.
He escuchado varios comentaristas que sostienen que también los chinos estarían buscando reforzar su identidad nacional e imperial, en función de lo cual exploran en su historia milenaria, y piensan en cierta posible fusión entre el ideal comunismo y el confucianismo.
24.
Quisiera decir algo sobre la Unión Europea, que agrupa a 27 Estados de Europa central y occidental, y que actualmente está estrechamente comprometida con Ucrania en la guerra con Rusia.
No cabe duda de que también Europa experimenta la crisis, y no solamente la vive, sino que la reconoce abiertamente en muchos discursos y análisis políticos, incluso oficiales, que afirman que su civilización se encuentra amenazada.
Una
cuestión que impacta y que actualmente parece central en la política
y geopolítica de la Unión Europea, es el proyecto de rearme
estratégico que vienen planteando los líderes de Alemania,
Francia y otros de la Unión Europea. Hace pocos días fue aprobado
formalmente en el Parlamento Europeo el "Libro Blanco sobre el
futuro de la defensa europea", Se encuentran ahí algunas
afirmaciones sorprendentes, que cito:
- "La UE
está actualmente bajo ataque".
- "La guerra de
agresión de Putin contra Ucrania es ampliamente reconocida como un
ataque al orden de paz europeo posterior a la Segunda Guerra
Mundial"; "La seguridad europea no puede existir sin
seguridad en su vecindad inmediata".
"China
está erosionando el orden internacional basado en normas". "China
intenta consolidarse como potencia dominante en la región del
Indo-Pacífico", y “representa un riesgo para la seguridad
regional y global y para los intereses económicos de la UE";
-
Es necesario "proteger los intereses estratégicos de la UE
[...] en el continente africano";
- "A la UE le
interesa considerar a Ucrania como parte integrante de un sistema de
seguridad verdaderamente europeo";
- "El Mar Negro ha
pasado de tener un papel secundario a ser un principal teatro militar
para la UE y la OTAN, y junto con el Mar Báltico, se ha convertido
en una región estratégica crucial para la seguridad europea a la
hora de contrarrestar la amenaza rusa";
- "La UE es un
proyecto de paz y debe luchar por la paz y la estabilidad", pero
al mismo tiempo "debemos apoyar a Ucrania y ser más
resilientes"; "Ucrania lucha valientemente por nuestros
valores europeos";
- "La integridad territorial de
Europa está amenazada". "Rusia, apoyada por sus aliados,
incluidos Bielorrusia, China, Corea del Norte e Irán, representa la
amenaza directa e indirecta más importante para la UE y su
seguridad";
- "La seguridad ucraniana y la seguridad
europea son la misma cosa";
- "Deplora los votos del
gobierno estadounidense en la Asamblea General de las Naciones Unidas
y en el Consejo de Seguridad";
- "El Escudo Oriental y
la Línea de Defensa del Báltico deberían ser los proyectos
emblemáticos de la UE"; "Insta, por tanto, a los Estados
miembros a que suministren más armas y municiones a Ucrania antes
del final de las negociaciones";
- "Advierte que si la
UE retirara su apoyo y Ucrania se viera obliga a rendirse, Rusia
actuaría contra otros países";
- "Pide a los Estados
miembros de la UE, a los socios internacionales y a los aliados de la
OTAN que levanten todas las restricciones al uso de los sistemas de
armas occidentales suministrados a Ucrania contra objetivos militares
en territorio ruso";
- "Pide a los Estados miembros de
la UE que destinen al menos el 0,25% de su PIB a la ayuda militar a
Ucrania"
Es un lenguaje bélico por donde se lo mire.
También puede interpretarse como un discurso tendiente a crear las
condiciones internas para que la población y los gobiernos europeos
estén dispuestos a financiar el gran rearme que sería necesario.
Rearme que implicará, obviamente, sacrificar recursos para el estado
de bienestar europeo, ya bastante reducido.
Se escuchan, además, discursos prebélicos muy encendidos, de la Presidenta de la Unión Europea señora Ursula von der Leyen.
25.
¿Quién es y qué piensa Ursula van der Leyen? Leo en Wikipedia: “Fue Ministra de Defensa de Alemania, con la canciller Angela Merkel, destacando por posiciones militaristas y de fuerza en diversos conflictos bélicos que ocurrieron en su período en el mundo. En 2011 en una entrevista de la revista Der Spiegel, von der Leyen expresó su preferencia por los “Estados Unidos de Europa” siguiendo el modelo de los estados federados, un sistema que según ella beneficiaría la resolución de asuntos relativos a las finanzas, los impuestos, la economía y la política en la Unión Europea. Dentro de la misma perspectiva europeísta, ha sostenido que la creación de un ejército europeo sería un objetivo de largo plazo”.
Sus referentes intelectuales son los del federalismo europeo.
Entonces, investiguemos un poco, ¿qué es el federalismo europeo? La corriente de pensamiento partidaria de la aplicación del modelo de organización política federal al proceso de construcción europea.
Entre los referentes intelectuales de la Unión y del federalismo europea se encuentran:
Jean Monnet, político y consejero económico francés. Robert Schuman, político francés que, junto con Jean Monnet, es considerado el arquitecto del proyecto de integración europea. Úrsula Hirschmann, alemana, activista antifascista, feminista, que participó en la creación del Movimiento Federalista Europeo. Johan Willem Beyen, neerlandés, banquero, empresario y político que trazó la ruta hacia un mercado común y una unión aduanera en Europa. Marga Klompé, neerlandesa, política, científica y defensora de los derechos humanos que impulsó la creación del mercado único.
Entre las fuentes intelectuales más importantes del Federalismo Europeo se encuentra EL MANIFIESTO DE VENTOTENE (1944) redactado por Altiero Spinelli y Ernesto Rossi; adoptado como programa en el Movimiento Federalista Europeo, es uno de los documentos inspiradores de la Unión Europea, revivido actualmente por el proyecto de rearmar Europa y superar las diferencias nacionales.
26.
El Manifiesto de Ventotene es un texto muy interesante, pero también cuestionable en varios sentidos. La crisis, afirma, es causada por la organización de la sociedad en Estados soberanos. El título de la primera parte, muy decidor: “La crisis de la civilización moderna”. Ahí se afirma: “La soberanía absoluta de los Estados nacionales ha llevado a la voluntad de dominio de cada uno de ellos, ya que cada uno se siente amenazado por el poder de los demás y considera como su "espacio vital" territorios cada vez más amplios, que le permitan moverse libremente y asegurarse los medios de existencia, sin depender de nadie. Este deseo de dominación sólo podía ser apaciguado por la hegemonía del Estado más fuerte sobre todos los demás esclavizados. Como consecuencia de esto, el Estado, de ser el protector de la libertad de los ciudadanos, se ha transformado en el amo de los sujetos mantenidos en servicio, con todas las facultades para maximizar la eficiencia de la guerra”.
“El problema que primero debe resolverse, y sin el cual cualquier otro progreso es sólo una apariencia, es la abolición definitiva de la división de Europa en Estados nacionales soberanos”.
¿Cómo se logra eso, según el Manifiesto de Ventotene?
“Con la propaganda y la acción, intentando por todos los medios establecer acuerdos y vínculos entre movimientos similares que ciertamente se están formando en los distintos países, es necesario sentar las bases de un movimiento capaz de movilizar todas las fuerzas para dar origen al nuevo organismo, que será la creación más grande y más innovadora que haya surgido en Europa en siglos; crear un gran Estado federal que disponga de fuerzas armadas europeas en lugar de ejércitos nacionales, elimine decisivamente las autarquías económicas, columna vertebral de los regímenes totalitarios, y disponga de órganos y medios suficientes para aplicar en cada uno de los Estados federales sus decisiones encaminadas a mantener un orden común”.
27.
“Este movimiento obtiene la visión y la certeza de que eso hay que hacer, no de una consagración previa por parte de una todavía inexistente voluntad popular, sino de su propia conciencia de representar las necesidades profundas de la sociedad moderna. Da así las primeras directrices del nuevo orden, la primera disciplina social a las nuevas masas. A través de esta dictadura del partido revolucionario se forma el nuevo Estado (federal europeo) y la nueva democracia a su alrededor. No hay que temer que tal régimen revolucionario necesariamente desemboque en un nuevo despotismo. Desemboca en él si se fuera modelando un tipo de sociedad servil. Pero si el partido revolucionario crea con mano firme desde los primeros pasos las condiciones para una vida libre, en la que todos los ciudadanos puedan participar verdaderamente en la vida del Estado, su evolución será, aunque sea a través de posibles crisis políticas secundarias, en el sentido de una comprensión y aceptación progresivas del nuevo orden por parte de todos y, por tanto, en el sentido de una posibilidad creciente de funcionamiento de instituciones políticas libres.
Me parece todo esto tan peligroso como lo de Trump en Estados Unidos y lo de Putin en Rusia.
28.
Como conclusión de los análisis planteados, parece que podemos decir que la crisis de la civilización afecta y es percibida por las cuatro grandes potencias mundiales. Cada una de ellas busca una salida, pero todas lo hacen tratando de encontrar en pensamientos del pasado, las respuestas que no saben elaborar creativamente, autónomamente, solidariamente.
Entonces, les propongo que volvamos a Gramsci y veamos cuáles fueron sus ideas básicas respecto a la superación de la crisis mediante la construcción de la que llama “una nueva civilización integral”.
Precisemos, ante todo, que Gramsci no propone ninguna solución ni alternativa en lo económico, lo político y lo geopolítico. Se concentra en la búsqueda, o mejor, en la metodología para la construcción de aquella nueva concepción del mundo que pueda constituir el fundamento cultural de esa nueva civilización.
Como dije anteriormente, le preocupa especialmente la separación entre el pensamiento culto, de las élites, y la cultura popular, y por tanto se pregunta ¿cómo construir una concepción que supere esa división? División que, agrega, está en la base de la separación entre dirigentes y dirigidos, entre gobernantes y multitudes subordinadas. Que es cuestión fundamental que resolver.
Le preocupa la separación entre teoría y práctica, entre lo que se afirma en el discurso y lo que se vive concretamente. Y por consiguiente, la necesidad de encontrar una nueva relación entre la teoría y la práctica.
Le preocupa la fragmentación del pensamiento, de las creencias, de las ideologías, por lo que se pregunta cómo desplegar procesos de unificación cultural que sean consistentes y que respeten la riqueza de la diversidad.
Le preocupa la cuestión decisiva de cómo abandonar el pasado, las concepciones intelectuales añejas, sin perder todo lo valioso y recuperable que se encuentra en ellas, o sea, como articular lo antiguo con lo nuevo.
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Conceptos absolutamente básicos que se encuentran dispersos en los Cuadernos de Gramsci.
1. Superar la disgregación social que en último término es lo que define una crisis orgánica; pera superarla no al interior de la civilización actual, sino construyendo una nueva civilización. No puede consistir en DISCIPLINAR a la gente, a las clases y categorías sociales existentes, sino en UNIFICARLAS, en el proceso de creación de una unidad cultural, política y espiritual superior.
(Gramsci critica esa combinación de consenso y coerción, que es lo que se plantea en las democracias modernas para mantener la integración nacional. Dice que eso que llaman ‘consenso’ es en realidad buscar el ‘conformismo’ de las masas, no un consenso activo).
2. Se pone énfasis en LO NUEVO, que es lo que hay que identificar, que debiese estar ya presente, germinalmente, en embrión, en la realidad y la cultura existente. Es bastante radical en que hay que SEPARAR lo nuevo de lo viejo, para no ser absorbido, reintegrado.
Dice que, en cierto sentido, adversario es todo el pasado. Pero ¿cómo puede ser adversario el pasado? Precisamente porque se trata de crear lo nuevo, y el pasado condiciona. El pasado está sedimentado y objetivado en las estructuras existentes, que es lo que hay que cambiar. Gramsci es tan radical como Jesús de Nazareth, que decía algo similar: Hay que nacer de nuevo. Cuando le preguntan cómo puede eso ser posible, responde: nacer de nuevo en el espíritu y en el conocimiento de la verdad. No se pone el vino nuevo en odres viejos. No hay que coser remiendos nuevos en los trajes viejos. No se trata colocar parches para reparar lo que habría que desechar.
3. Esto se conecta con la pregunta del comienzo, la pregunta de si participar en una concepción del mundo adoptada desde el ambiente externo, de alguno de los tantos grupos sociales y culturales existentes, o elaborar la propia visión conscientemente, y entonces, en conexión con el trabajo del propio cerebro, escoger la propia esfera de actividad, participar activamente en la producción de la historia, ser guía de sí mismos, y no ya aceptar pasivamente desde fuera el sello de la propia personalidad.
30.
4. Y porque lo nuevo es incipiente, pequeño, frágil, no debe enfrentarse a lo viejo, a lo existente poderoso que fácilmente lo destruirá. Pero no sólo por eso, sino porque el definirse en antagonismo, en contra, significa en sí mismo un modo inconsciente de subordinación. Uno se termina definiendo como ‘anti’, anti capitalista, anti estatista, anti sistema. No se defino por sí mismo, lo que es, por lo que representa, por el proyecto propio, creativamente.
5. Dice entonces Gramsci que el proceso implica: a) Separarse; b) No antagonizar; y c) Conquistar, o menor dicho, CONSTRUIR LA AUTONOMÍA. La autonomía consiste en acceder a un punto de vista superior, más elevado, al cual los adversarios, o sea quienes se opongan a éste, no pueden acceder.
Para alcanzar la autonomía es necesario: Primero, conocer, estudiar, todos los puntos de vista, las concepciones existentes, en sus niveles más altos, para lograr asimilar de ellas todo lo que tengan de valioso y aprovechable. Sólo se puede criticar lo que se conoce, y cuando se conoce, se descubre que hay partes de verdad en todas las elaboraciones elevadas que se han formulado.
Y segundo, hay que integrarlas en un enfoque comprensivo, asumiendo la diversidad y la complejidad de la realidad, del pensamiento, y de la cultura. Cuando se ha alcanzado ese punto de vista superior, ya no se teme al adversario, no hay peligro de ser absorbido, se es imbatible.
Es en este sentido que afirma: "Criticar la propia concepción del mundo significa hacerla unitaria y coherente y elevarla hasta el punto a que ha llegado el pensamiento mundial más avanzado". (Cuadernos, 11, p. 1376).
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Lo que plantea Gramsci es la necesidad de organizar y desplegar un PROYECTO INTELECTUAL Y CULTURAL GRANDIOSO, en que pueden participar todos. Todos, y expresamente, dice, no sólo los intelectuales y científicos. Porque cada persona tiene experiencias, conocimientos, creatividad, mientras que nadie puede alcanzar una comprensión completa de la realidad.
Por eso formula la que llama FILOLOGÍA VIVIENTE, que consiste en que como cada uno conocen su realidad y puede comunicarla mejor que nadie, hay preguntar a todos, recoger todas las experiencias e ideas de la CULTURA POPULAR CREATIVA. Se trata de reconocer molecularmente todos los modos de pensar distribuidos entre la gente.
El proyecto de la nueva civilización requiere asumir en cierto modo las necesidades y aspiraciones del pueblo. Integradas en las elaboraciones de la más alta y avanzada cultura. Hay que superar, en ese sentido, la separación entre élites y masas, entre dirigentes y dirigidos, entre intelectuales y personas sencillas.
Y hay que conectar la cultura popular con las elaboraciones superiores, de la alta cultura. Esta conexión entre la cultura popular y la alta cultura debe también ser construida. Y para eso plantea la necesidad de una cierta masa de los que llama INTELECTUALES ORGÁNICOS, que ponen en contacto a los grandes intelectuales y elaboradores de cultura, y el pueblo, sus necesidades y la creatividad popular.
Esos intelectuales orgánicos deben estar y mantenerse en contacto con el pueblo, y también estudiar y mantenerse al día, por decirlo así, con las elaboraciones de los grandes intelectuales.
En función de este gran proyecto cultural Gramsci elabora un conjunto de propuestas sobre la educación, en todos sus niveles, y en las comunicaciones, dando importancia a las revistas y medios para llegar a todos los niveles culturales de la gente. Si hubiera conocido Internet, las redes sociales, el e-learning y todo lo que permiten las tecnologías actuales, hubiera gozado y quizás cuántas y cuáles iniciativas culturales, de investigación, comunicación y educación hubiese formulado.
32.
ALGUNAS REFLEXIONES FINALES.
A primera vista pareciera que todo lo propuesto es muy difícil, idealista, imposible, improbable, y demasiado complejo. Pienso que, en realidad, es algo mucho más sencillo de lo que se pueda pensar. Por dos razones.
Primero, porque no hay que esperar que ese largo y complejo proceso intelectual y cultural esté completo para comenzar a vivir y experimentar la nueva civilización. Al contrario, basta con empezar a caminar en esa dirección, porque como dice Santa Catalina de Siena, “el camino hacia el cielo, es el cielo”. EL CAMINO A LA NUEVA CIVILIZACIÓN, ES LA NUEVA CIVILIZACIÓN.
Segundo, porque hay un conjunto de ideas sencillas en las que fácilmente convergen tanto los grandes intelectuales como la mayoría de la gente. Entre ellas, que la guerra es una barbaridad, algo horrible. Que hay que tratar de vivir en paz.
Que la humanidad es una, y todos los hombres y mujeres estamos en el mismo barco, en el mismo planeta.
Que es muy conveniente desarrollar la cooperación, la integración, la solidaridad.
Con esas pocas ideas básicas ya se puede empezar a elaborar y practicar una economía de solidaridad y trabajo, una política de unidad e integración social, una cultura de diálogo y entendimiento.
En el fondo, todas las religiones, todas las filosofías, todas las ciencias, coinciden en unos pocos valores esenciales para una vida buena.
También, si dejamos de adherir prematuramente a una postura ya dada, y pensamos con nuestra propia cabeza, explorando en nuestra conciencia, fácilmente llegaremos a compartir un conjunto de ideas, principios y valores humanos esenciales.
33.
Cabe, finalmente preguntarse: ¿Será este proyecto de crear una nueva civilización, suficiente para dar sentido a la vida personal, a las comunidades y a las naciones, que es lo que una civilización necesita para cohesionar a sus integrantes y constituirse?
El proyecto de crear una nueva civilización es la más extraordinaria, grandiosa y hermosa obra histórica que podamos proponernos los seres humanos; y además, en la construcción de ella se crea desde el inicio, el más amigable y amoroso entorno para favorecer el desarrollo personal integral, la formación de personas y comunidades de conocimiento, creativas, autónomas y solidarias.
En este proyecto pueden converger y participar conservadores y progresistas, liberales y marxistas, cristianos y budistas, creyentes y ateos, científicos y filósofos, ambientalistas y demás denominaciones. Con un requisito, pero no impuesto desde afuera sino que brota del interior de cada concepción que quiere perfeccionarse: el que plantea Gramsci: "Criticar la propia concepción del mundo significa hacerla unitaria y coherente, y elevarla hasta el punto a que ha llegado el pensamiento mundial más avanzado".
Es un proyecto en el que cada persona puede participar, con sus propias ideas y experiencias. No es necesario inscribirse, ni cumplir requisitos. Basta tener conciencia, tomar la decisión, pensar y actuar con la propia cabeza, y ya se comienza a habitar en la nueva civilización.
Podemos comenzar, cada uno, DESARMANDO NUESTRO PROPIO ESPÍRITU, DESARMANDO NUESTRAS IDEAS, NUESTRA MENTE Y NUESTRAS MANOS, y comenzar a buscar juntos un camino de unión.
La guerra cultural es una locura, es la negación de la esencia de la cultura, de la razón, de la inteligencia.
Luis Razeto Migliaro